jueves, 31 de diciembre de 2015

Mi regalo...

Y un buen día, sin tu contemplarlo, la vida vuelve a sorprenderte... 


Este último año ha sido para mí  un gran regalo, me ha permitido vivir una gran parte de el en paz y, con eso, ya no se puede pedir más...

Tengo que reconocer que también he llorado, me he desilusionado, he flaqueado, he tenido que aceptar certezas irrefutables, reconocerme débil ... Pero, a pesar de ello...

Me declaro feliz, con altibajos,  pero básicamente feliz...

Me he dado cuenta de que nos dejamos llevar por los convencionalismos mucho más de lo que nos creemos, que a veces nos frenan ideas preconcebidas y ancladas en nuestra mente, amarradas como si fueran imprescindibles para nuestra felicidad, pequeños detalles superfluos que nos condicionan, y nos limitan la visión a todo aquello que flota en la superficie, impidiéndonos llegar hasta el fondo, y poder apreciar la verdadera esencia...

Hace poco me dijo una persona muy querida que conmigo había aprendido a disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas, esas que nos rodean y pasan desapercibidas, y lo curioso y grande es que yo también, a la par, he aprendido a hacerlo con más intensidad. 

La vida es un toma y daca, un aprender y enseñar continuo, un redescubrir y aceptar ... 

Me he ratificado en que no hay nada más bonito que andar el camino día a día, como si ese día fuera el único, que disfrutar cada momento que vivimos, lleva consigo estar siempre satisfecho.

Que vivir con honestidad, conmigo misma y con los demás, me conduce a mantenerme en paz y por lo tanto a tener pocas cosas que lamentar ni anhelar.

Que ser sencillo no es sinónimo de tonto, sino de ser poseedor de esa inteligencia que te permite no buscar...

En este 2015, he sabido que sí existen personas que te aceptan como eres, que no pretenden cambiarte, que te escuchan, que confían, que acaban abriéndose sin expectativas.

Que hay gente valiente, decidida a vivir el  hoy, dejando atrás el ayer, y olvidando el mañana, que se sobrepone a su pena sabedora de que no se puede volver atrás, de que hay que vivir, siempre, mirando hacia delante. 

Que la vida es sencilla, si fluyes con ella, si no exiges caprichos innecesarios, si aceptas y aprendes a vivir con lo que te va llegando, si aprecias y valoras a quien tienes a tu lado, si te das cuenta de lo afortunado que eres con aquello que cuentas, si piensas en positivo y centras la atención en agradecer en lugar de en lamentar. 

He disfrutado de amigos, cercanos, de esos con los que conectas de alma a alma, donde las distancias físicas no tienen valor, amigos que me han escuchado y se han desahogado, amigos que te entienden sin verte, que te transmiten fuerza y energía positiva, amigos que te dan abrazos de oso... De esos que te rodean y te llenan de calor.

Me gustaría decir que siempre voy a estar para todos, o al menos lo voy a intentar... En este tiempo seguro que he respondido con acierto, unas veces, y con poca ventura  otras, pero os aseguro que he intentado llegar desde y con el corazón...

Este año 2015, mágico, sacó de su chistera, para mí, un gran regalo, un paquete que se ha ido desenvolviendo poco a poco, un dulce diario, que aunque suene cursi, ya se sabe que yo soy románticona, tiene tu nombre, tú, mi pronombre, tú sin etiquetas, tú que me escuchas, que me apoyas, que me "riñes", que no me juzgas, que me mimas, que me respetas,  y con quién puedo ser y expresarme como deseo. 

Tú a quien admiro profundamente, con quien comparto, me río, contemplo, me siento libre y sueño...y a quien intentó, sin pretensiones, comprender, respetar y hacer feliz...

Me siento afortunada y agradecida  por caminar a tu lado, hoy lo hago, disfrutando cada instante, mañana... mañana la vida dirá, pero me encantaría seguir haciéndolo, pensarlo es una licencia que me tomo...

Desearía  que todos contárais con un "tú", como el mío, es tan bonito pensar en alguien y sonreír....

Regalos que la vida te da...

Gracias a ti y a todos por tanto! 

En este 2016 seguimos caminando!!!




domingo, 27 de diciembre de 2015

Se nos va el 2015...

Cada año que se va nos deja cosas que lamentar pero muchas más que agradecer...

Se nos va el 2015....

Ha pasado pronto y y a su vez ha sido largo...
Todo depende de cómo lo miremos y con respecto a que lo analicemos.

En nuestra parcela de vida común .... No todo ha sido sencillo, ni mucho menos...

Hemos vivido momentos difíciles, dolorosos, que han sacudido a nuestro mundo, intransigencias, decisiones arbitrarias y bárbaras, sacudidas tanto naturales como forzadas, vergüenza por pertenecer a una especie que aún teniendo, supuestamente, el mayor conocimiento, se comporta como el ser más irracional, faltas de respeto, prepotencia, egos exacerbados, egoísmo...

Hemos llorado, es verdad, y nos hemos sentido angustiados, preocupados, poco entendidos, un  tanto abandonados a nuestra suerte, a penas protagonistas de una situación, la de este país nuestro, en la que éramos los principales actores, y sin embargo, no teníamos papel que jugar, hemos desarrollado paciencia, aceptación, una gran resiliencia... 

Todo eso es cierto, pero...

pero también hemos reído, y nos hemos sentido solidarios, y hemos protegido a los más necesitados, y hemos escuchado al que se sentía triste, y hemos apoyado a quienes estaban tocando fondo, y hemos enviado, asumiendo riesgos, a nuestra gente a salvaguardar la paz y el orden, hemos aporta, cada cual a su manera, nuestro grano de arena para mejorar la situación, hemos toreado la crísis y hemos celebrado el seguir adelante, el estar vivos, él no perder la esperanza.

Un año difícil si, un año que ha reforzado uniones también, un año de grandes enseñanzas y para muchos de dolorosos aprendizajes, pero un año en el que nos hemos dado cuenta de que aún y todo tenemos cosas que celebrar. 

Esperemos que el 2016 nos regale un poquito más fácil la vida... más comprensión, menos acritud, más construir y mucho más AMOR.
Pero, sobre todo, que nos siga regalando vida!

Adiós 2015!!!! 


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Una Navidad sabrosa

Lo sabroso de la Navidad está en lo que sentimos no en lo que compramos...

Es increíble, me siento bombardeada por los tópicos, mal entendidos, a mi modo de ver,  de la Navidad.
Acabo de oír en las noticias que podremos pasar unas navidades más sabrosas porque se comerá marisco....
Ufff me ha dado un vuelco el estomago...

¿Marisco?, ¿es que el pollo, el cordero, el cardo, la ensalada o las croquetas no son sabrosas? 

Me parece hasta ofensivo poder pensar así... Reducir este tiempo al consumismo, y máxime cuando hay tanta gente que lo está pasando mal, pues no señores, no, la Navidad no depende de lo que comamos, depende de lo que sintamos.
El espíritu de la Navidad está en nosotros, no en la parafernalia que la rodea.

Nos hemos acostumbrado a considerar que algo va bien, dependiendo de nuestra capacidad de gasto...
Por supuesto que sí tenemos dinero puede ser que nuestra celebración sea más copiosa, pero en ningún caso ni más sabrosa, ni mejor.

Hay emociones, que trae consigo la Navidad, que están por encima de lo que poseemos o podamos poseer. 

El disfrutar en familia, cuando tal vez, como es mi caso no se puede hacer todo el año, celebrar que se está juntos, que los hijos crecen, y nosotros envejecemos, que la familia aumenta, que nos recordamos, que sonreimos pensando en los otros, que agradecemos, lo vivido y lo que queda por vivir, que seguimos teniendo sueños....
 
Esas emociones, muchas,  que a pesar de añorar agradecen. 
Esas complicidades que tienen sabor a infancia, que reunen a los ausentes y los presentes. 
Ese lapsus en el tiempo que deja de lado, por unos días, los problemas cotidianos. 
Ese sentir que  minimiza rencillas, que ensalza cariños.

Mi turrón, como el de otros muchos, vuelve a casa, y este año con una preciosa almendra añadida, y yo quiero saborearlo,  y mis navidades serán, sin duda, mucho más sabrosas, porque mis dulces navideños estarán conmigo, todos juntos, pero la sustancia la pondrán sus besos, sus risas, sus guiños, no los platos que podamos poner en la mesa, o el cava, champagne, sidra o cerveza con que brindemos.

La Navidad, es cierto que debiera durar los doce meses del año pero no está de más que intensifiquemos sus efectos en una época determinada. 

La Navidad es amor, no tiene etiquetas, simplemente se disfruta y si pudiéramos echar algunos de sus polvitos mágicos sobre aquellos que bien por dolor, escepticismo, o desilusión, no la sienten hagámoslo, expandamos este espíritu de comprensión , tolerancia, amor y paz que trae consigo esta época del año.

No importa lo que tengamos , importa lo que somos y a quién tenemos, de una forma u otra,  a nuestro lado.

El espíritu de la Navidad verdadera, está en mi, y en ti, vivámosla como tal, en este mes y en los otros once restantes.


lunes, 23 de noviembre de 2015

El camino perfecto


Quien  piense que solamente hay un camino...se perderá...

Cuantos  de nosotros nos hemos preguntado, alguna vez, ¿será este el camino que tengo que tomar?, parece mentira que una "simple" pregunta traiga consigo, andar de cabeza, por no hablar de noches sin dormir, malestar de estómago, dolores de cabeza, incapacidad de centrarse...

Todos, por múltiples motivos, personales o profesionales, nos podemos encontrar ante esa disyuntiva, ya sea porque el trabajo falla y prescinden de nosotros, o no valoran en su justa medida nuestro esfuerzo, o devalúan la importancia de aquello a lo que nos dedicamos, o sufrimos cansancio, o tenemos desgaste emocional, la cuestión es que sentimos que necesitamos un cambio, un giro en nuestra vida que nos devuelva la ilusión.



Yo me he hecho en varias ocasiones esa pregunta, y no sólo eso, sino que además he alimentado mis dudas contemplando muchas y diversas opciones.
Las apropiadas, las tentadoras, las deseadas, las utópicas...
Elegir es renunciar, pero renunciar con el convencimiento de que lo que tomamos es más beneficioso para nosotros que lo que dejamos.
Es difícil decidir, todos queremos acertar...





Y es cuando uno se siente encajonado, cuando no es capaz de ver la belleza en el recorrido, aunque la tenga, cuando no se vislumbra el final, y se está cansado, cuando las ilusiones se han quedado abandonadas en las veredas, cuando uno no se siente capaz de tirar ni de su propio carro, cuando, tal vez, sea un buen momento para decidirse a buscar una nueva senda.



Y ¿cuál es la mejor decisión?, y ¿cuál es el mejor momento para tomarla?, pues yo solamente puedo compartir con vosotros lo que me digo, y me he dicho, a mí misma, la mejor decisión es aquella que en el momento en el que te la planteas te hace sentir feliz, seguramente temeroso, todo cambió asusta, pero si, tras valorar pros y contras, te sientes ilusionado ,  vete a por ella, ese camino te llevará a crecer con toda seguridad, cuan largo será, no lo sé, pero que merecerá la pena...seguro.

¿Cuando? El momento idóneo para emprender un nuevo camino es cuando te decides a hacerlo, ese instante de toma de decisión, ese instante  en el que se prende la mecha, ese es el mejor momento, ni antes,ni después...



Incluso, nos encontramos con algunos caminos que tienen sendas paralelas apetecibles de transitar, quizás algo inestables , para la mayoría , pero que a uno le pueden ofrecer esa confianza en sí mismo de la que en en ese preciso momento carece. 
Pues si de corazón lo sientes que más da agárrate a la pasarela y adelante.
Yo me quedo con que de todo se puede sacar una lectura positiva, así que ¿porqué no?
No olvidemos que andando construimos camino....


Lo que tengo claro es que el camino de cada uno de nosotros, o mejor dicho los caminos que tomamos a lo largo de nuestra vida son propios y exclusivos de cada cual, aunque el tuyo y el de otro resulten parecidos difieren en muchas cosas, entre ellas en las piedras que lo adornan y los árboles que los mecen. 
Y si tenemos la fortuna de que ese camino que elegimos tenga  otro que discurre paralelo pues... Un placer más a compartir...


No existe un solo camino perfecto, ni siquiera me atrevería a decir que exista. a priori, el camino perfecto,  pero si existen almas que tienen magia en sus pisadas y convierten todo aquello que recorren en absolutamente perfecto, porque ven la belleza y la perfección hasta en el más grande escollo.



Lo que sí es cierto es que en todo camino hay una luz que nos conduce hacia la mejor salida para nuestra vida, aunque atravesarlo sea, en ocasiones, arduo y doloroso. 
Yo lo he vivido, he tomado opciones, he disfrutado de caminos distintos, he vivido incertidumbres,  y me encanta la senda que sigo ahora, pero, si en algún momento, la vida, que es más sabia que yo, me envía señales y me insta a tener que cambiarla pues lo haré con la seguridad de que me esperarán recovecos sorprendentes...


El camino perfecto es tu camino, el suyo, el mío, es ese camino que hemos elegido en el momento presente, ese camino que tiene tus tropiezos, los suyos, los míos, ese camino que ilumina tu sonrisa, la suya, la mía, ese camino que nos permite sentirnos felices y ser nosotros mismos.  
Lo que le da la perfección a nuestro camino son las huellas de amor de nuestras pisadas y la ilusión al recorrerlo...Hasta llegar a casa... 




domingo, 15 de noviembre de 2015

Viendo pasar... los sufrimientos ajenos...

El que no sufre, y no le duele... tampoco disfruta....

Estos días me tienen conmocionada ya no los atentados de París, que son terribles, y difícilmente comprensibles, sino también las reacciones de algunas personas en las Redes Sociales. 

Siento mucha rabia, mucho dolor, mucha impotencia, muchísima tristeza, pero también,  una total compasión por aquellos que realizaron estos actos, hay que estar muy enajenado para ser capaz de quitar la vida a otros y mucho más a coste de tu propia vida. 

Me pregunto qué vacío interno tienen que sentir aquellos que se abandonan, de esa manera tan absoluta, a alguien, para que maneje sus vidas. 

Que comportamiento tan delirante el de aquellos que enarbolando la bandera de la fe, creen en Dioses o profetas capaces de inducir a la muerte y a la justificación del asesinato propio y de extraños.

Lo lamento por aquellos que profesando las mismas creencias las ven machacadas por intepretaciones maquiavélicas y enrevesadas, muy alejadas de la paz, comprensión, y amor que toda religión propugna y además se encuentran, en muchas ocasiones rechazados por ser juzgados por el mismo rasero, no, no todos son iguales.

Que espanto que existan personas que no dudan en causar dolor y sufrimiento,  e incluso lo sientan como digno tributo por vivir de una manera que ellos, arbitrariamente, consideran incomprensible.

Este comportamiento me duele, me duele mucho. aunque  entiendo, o me siento mejor pensando, que son exaltados, enajenados, locos y asesinos a los que les han lavado el cerebro, deshumanizándolos, para que actúen como máquinas. 

Lo que me resulta hoy muy difícil es ponerme en los zapatos de quienes, ordenan, bromean, justifican o simplemente pasan de estos hechos absolutamente  deleznables.



Aquellos que ordenan ejecutar estas atrocidades sin mancharse las manos sí que no tienen justificación, que permanecen en la sombra y el incógnito conduciendo a quienes creen en ellos, desde la comodidad de sus casas, a que arruinen la vida de otros además de la suya propia, para castigar a quienes no piensan como ellos.
Eso es reprensión, una falta de respeto absoluta... es provocar vivir con miedo, un ataque contra la libertad, que ciertamente, hay quien piensa que solo unos pocos pueden disfrutar...

Ponerme en la piel de aquellos que sienten todo esto como si no fuera con ellos, de los que necesitan que la sangre toque su ombligo para apiadarse, de los que ven la vida pasar sin estremecerse, simplemente contemplan y se permiten juzgar excátedra, de los que no se sienten uno con el resto del mundo, de los que piensan que esto les toca de lejos... es un ejercicio de empatía que no consigo resolver...

Es increíble lo  fácil que es para algunos, algo que para mí resulta imposible, sentarse en el centro del asfalto y ver pasar, sin inmutarse, los sufrimientos ajenos...

No se puede pagar con la misma moneda, hay que encontrar la manera de recuperar la cordura y acabar con este reguero constante y mundial de dolor.
El terrorismo es una lacra, una lacra que nos afecta s todos.

Doy gracias porque yo sí vibro ante el dolor, y me embarga la emoción cuando alguien  sacude de esta manera tan irracional al mundo.

Me siento víctima y verdugo, me pregunto de qué manera habré contribuido yo a esta locura que estamos viviendo...



sábado, 31 de octubre de 2015

En el otoño... De la vida

En el otoño, así como en la vida, la belleza se ve enriquecida por la variedad de colores...

Una de las estaciones que más me gusta, como creo que habréis notado, es la del otoño. 
Brilla el sol y aunque ya no abrase, si calienta lo suficiente para que resulte agradable.
Ilumina y te roza con más delicadeza, mimándote suavemente, como un bien precioso,
tal y como pasa con las caricias de la madurez.
Las hojas, yo diría que se visten de gala, mostrándonos toda su riqueza de colores,
avisándonos, mientras se tiñen de distintas tonalidades, que lo mejor está por venir.




Estoy cansada de escuchar a gente decir que no quiere cumplir años, incluso a quien deja de celebrar ese día especial, añadiendo que desearía volver a la "juventud" para revivir experiencias, sin darse cuenta de que, mientras están lamentándose por ello, se privan de vivir lo que está sucediendo en el momento presente, en el aquí y el ahora.

Quien diga que a una determinada edad se deja de sentir está totalmente equivocado, tal vez los instintos tengan más de humano que de animal, son menos irracionales, pero no menos pasionales ni apasionados, las emociones siguen estando a flor de piel, aunque con los años vamos aprendiendo a  disimularlas y a controlarlas mejor, por prudencia, por resultar tan intensas que se conservan celosamente, para uno, para dos, por miedo a pinchar el sueño, si es algo nuevo, o a deshacer el hechizo si perdura en el tiempo.
Eso, a mi modo de ver, lejos de ser negativo es todo lo contrario, y es que uno toma conciencia de que cada caricia, cada beso, cada roce, son un regalo.
Se desea sin miedo, sin temor a perder, como si el saber que en el momento menos pensado té puedes caer del árbol, te condujera a una contínua adoración de la rama en la que te sostienes,  con la seguridad de que quien quiere mecerse a tu lado lo hace con convencimiento, sin necesidad de aparentar o disimular, bien sea para una estación , para dos o para el resto de la vida...

Se aprende que, como pasa con el otoño, la belleza no está solamente en la explosión de la primavera, que cada persona posee, como cada hoja, una hermosura única y más apreciable cuando toma su color diferenciador, el verde es bonito, pero apenas difiere en sus matices, sin embargo los ocres, rojos, granates y naranjas nos muestran lo que realmente esconde cada hoja.

Son, como nosotros,  mágicos, únicos, sorprendentes...



Conservan viveza, se siguen meciendo con el viento y aunque tengan muescas, roturas o daños, que las ennegrezcan, siguen siendo hermosas.

Pasa el tiempo y con los años, muchos de nosotros, nos volvemos más temeroso, conformándonos con lo vivido, y protegiéndonos, manteniendo siempre presente aquello que por vivencias o creencia nos ha dañado, sin aventurarnos para no volver a sufrir.

Ayyy, cuantas cosas nos perdemos con esa actitud conservadora...

Cada otoño es una nueva experiencia, para algunos triste, no se sienten capaces, aunque los son, de disfrutarla, no se sientan a ver la lluvia caer, solamente notan que se mojan, se fijan en lo que va a suponer, no en el olor de las chimeneas, añoran la luz intensa del sol , sin reparar en las nubes, que con sus preciosas formas y grises corretean jugando a nuestro alrededor.

Igualmente en nuestro otoño, las personas, nos centramos en cada dolencia, carencia o merma que tenemos, sin reparar en todo lo que no nos afecta, en lo que seguimos conservando, en lo que se esconde detrás de cada arruga, en lo que va más allá de lo aparente,  priorizamos una vez más lo banal,  lo negativo.
Nos gusta compadecernos de nosotros mismos, es como si bajo el manto de la autocompasión nos sintiéramos protejidos.

Pues no amigos, jaleemonos para animarnos a seguir viajando ilusinados, hay tantas cosas que descubrir, tantos matices con los que vestirnos,  y, ya sea en la estación que sea, siempre disfrutando. 

La vida es una y corta ¿vamos a malgastarla con añoranzas?
Síntamonos agradecidos por lo que hemos vivido, y por todo lo que nos queda por vivir.

 Lo transcendente es amar, vivir y sentir no importa si en rojos, naranjas, ocres o granates, o, en invierno, cuando lleguen las nieves, en un blanco inmaculado...


viernes, 23 de octubre de 2015

Expresar para soltar...

Quien consigue expresar da rienda suelta a sus emociones y se libera...

Hace unos días me hicieron un regalo, un regalo doblemente hermoso, he de reconocer que siempre me da una cierta vergüenza recibir obsequios, este me emociono por dos motivos diferentes.

En primer lugar porque la persona que me lo dio, lo encargó con todo el cariño, expresamente para mi,  y en segundo, porque quien lo realizó, dio rienda suelta a su expresividad y consiguió transmitir arte en cada pequeño detalle y en todo lo que conformaba su conjunto.
El artista no sólo pintó unas piedras, sino que tuvo que buscarlas y  recogerlas, y no unas cualquiera, las que tuvieran el grosor y forma necesaria para conformar su obra, cada una con su diseño propio pero a su vez sin dejar de ser parte del todo.
Consiguió expresar cosas que sentía, logró abstraerse y centrarse en aquello que deseaba crear. Que afortunado!

Quiero dar sinceramente las gracias a ambos, por compartir conmigo esa pequeña parte de ellos.

Todos tenemos dentro un torrente de emociones a dejar fluir, emociones que transitan en nuestro interior, buscando la manera de salir para no anidar, porqué si lo hacen pueden llegar a dañarnos.

No os ha pasado, en ocasiones,  que os sentís tan contentos, o tan tristes, que tenéis ganas de gritar... son las emociones que quieren expresarse...

 Cuantas veces nos sentimos constreñidos, o como dice una buena amiga cuando no consigue escribir, "estreñidos" de ideas, o "estreñidos" de vehículos de transmisión.

Sería precioso que consiguiéramos encontrar la manera de vaciar nuestro interior y plasmar lo que llevamos dentro, no importa cómo.

Ya sea  a través de las palabras, de la música, la pintura, de la fotografía, la artesanía, de la escultura, la peluquería, el diseño, el deporte, del cine, de la escenografía, o de cualquier disciplina que nos apasione, lo importante es que nos sintamos en cada brochazo que demos.

El valor de nuestro vehículo de expresión está en la variedad y riqueza de las emociones que metemos en el, a veces tristeza, ira, alegría, amor, ilusión, esperanza, olvido, o desamor, es lo mismo porque todas son igual de apasionadas y apasionantes, y todas nos ayudan a liberarnos y a limpiar nuestro interior para poder comenzar de nuevo saneados y preparados para escribir una nueva página de nuestra historia.

Soy de la opinión de que tenemos que intentar aferrarnos lo menos posible, tanto a los sentimientos, como a nada que poseamos, lo material, o que  creamos poseer,  la pareja, los amigos, o los hijos. Disfrutándolos pero sin sentirnos tan amarrados que nos opriman.

"Debes amar de tal manera que la persona que ames se sienta libre", Thich Nhat Hanh

Para deshacernos de miedos y prejuicios, para gritar al mundo tu alegría, tu rabia, tu dolor, exprésalo en "voz alta", de la forma en la que te encuentres más cómodo, deja manar todo eso que te desborda y te sentirás tremendamente relajado.

Por eso veo importante expresar para soltar!

Intentadlo, expresad, veréis como os sentís liberados y renovados, a veces lo que se nos va quedando dentro ya sea bueno o malo nos conduce directamente, a la nostalgia, la frustración, y lo que es peor a la tristeza. 

Saquemos fuera los sentimientos, para poder llenarnos, de continuo, con aquellos que nos alimenten en positivo.





sábado, 17 de octubre de 2015

Este post va de contemplar...




Hay cosas que son bellas... independientemente de quien las mire y de como se miren...


Este post, de hoy, pretendo que sea mucho más de contemplar, de disfrutar con la mirada, que de leer.
No soy una experta fotógrafa, soy una aficionada, más que a la fotografía a plasmar lo que mi retina, desgraciadamente, no puede conservar, ni acumular, por eso esta entrada va más, de sensaciones que de buenas instantáneas.

Cada vez que salgo a dar un paseo me admira la belleza de lo que nos rodea, es un inmenso placer notar que mantengo, a estas alturas de mi vida, la capacidad de asombro.
Ya sé que habrá quien piense, con esto que voy a decir, que soy... infantil, lunática... cabrían muchos calificativos, que en ningún caso me molestan, porque, me siento afortunada, yo, amigos , cuando contemplo me emociono, a veces, hasta casi llegar a las lágrimas, es tan increíblemente hermoso que me siento envuelta con un manto de admiración y gratitud máximos.


Que pequeños somos ante tanta inmensidad y nos creemos el ombligo de todo...
Dicen que mirar con humildad engrandece el alma...


A pesar de los escollos, de las piedras, grandes o pequeñas, que encontramos,
además de los momentos oscuros donde las hojas cubren el sendero,
el camino es digno de disfrutarse...





La vida a veces se ve enmarañada, uno se siente terriblemente abrumado,
hay que mantener la calma, reconocer los colores y las formas,
para poder vislumbrar, así, entre el follaje...porque la luz y lo bello están ahí.



Siempre enfrentando los problemas sin perder la dignidad, con la cabeza alta,
siendo conscientes de que todos pasamos por momentos difíciles, no somos los únicos,
ni raros, somos humanos...


Aceptando, a veces sin comprender, pero confiando en la vida y dejándonos fluir...




El camino continua, todo pasa y de pronto..,en un recodo, la vida cambia su color,
te hace un guiño y te encuentras sonriendo...te ha vuelto a sorprender una vez más...


Ayer, me dijeron algo que me emocionó profundamente, es un pensamiento que yo siempre he sentido, pero que no siempre he podido exteriorizar, quizás por temor, infundado o no, a no ser comprendida,

¿te gusta? pregunté excitada por todo lo que estaba viendo, 
y me contestaron: me gusta, pero mucho más porque te gusta a ti... 

Pues eso quiero deciros, lo compartido todavía es más bello... si cabe...
Gracias por contemplarlo conmigo, a ti, y a vosotros! 


(Las fotos están tomadas en el "Camino de Sorogain" Roncesvalles, Navarra)

miércoles, 7 de octubre de 2015

Oír no es escuchar...


Para comprender no sólo hay que oír, hay que escuchar...

Una de los "ejercicios" que más me han fascinado siempre es el de escuchar. 

Suelo sentarme el el jardín, cerrar los ojos y centrarme en escuchar todos los sonidos a mi alrededor, los distintos pájaros, el viento moviendo las hojas de los árboles, un balón rebotando, los motores de los coches, las risas de los niños, los ladridos de los perros, el agua al salir por los aspersores, el crujir de mi hamaca, mi respiración pausada...  hay tantos que nos pasan desapercibidos... Y es que la mayoría de las veces solamente oímos, no escuchamos. 
Es increíble lo que se aprende observando y ejercitando una escucha libre de prejuicios, y llena de respeto, al menos eso intento, no siempre con éxito, sería pretencioso e incierto afirmar lo contrario. 

En este mundo de locos, en el que vivimos, que va a tanta velocidad, donde detenerse es un lujo, ceder nuestra atención en beneficio de otro es, muchas veces, un acto también costoso.

Siempre he considerado que no somos del todo conscientes ni de cómo actuamos, ni de cómo reaccionamos.

En muchas ocasiones, es tanta nuestra rabia, nuestro enfado con el momento que nos toca vivir, que necesitamos verbalizarla continuamente, repitiendo las sensaciones negativas que tenemos una y otra vez, es verdad que a veces puede resultar cansino si el que lo oye no está en atención de escucha, o si tiene tanta necesidad de expresar sus propias inquietudes o miedos que los ajenos le resultan repetitivos, no es que no le importen es que antepone su yo, cosa a mi modo muy normal si uno tiene la mente inquieta, al de los demás, igual que sucede con el parlante, que olvida a quien tiene enfrente ocupándose, solamente, de exponer sus desasosiegos...

Cuando nos sentimos presionados por las contrariedades de la vida, basta una pequeña chispa para que nuestra mente explote, y explosione lanzando fragmentos de frustración, inseguridad, rabia, dolor,  a diestro y siniestro, esquirlas que, sin pretenderlo en ocasiones,  pueden dañar a otros, mientras que a nosotros nos producen breves momentos de auto afirmación, y de ego, al considerarnos poseedores de la verdad.

No hay verdad más absoluta que reconocer que la verdad no es absoluta...

Todos nos encontramos, en ocasiones, en ambas situaciones, resultándonos así, muy difícil entendernos a nosotros mismos y mucho más comprender a los demás. 

Es increíble lo mucho que queremos a nuestros amigos, familia y personas más cercanas y lo que nos cuesta aceptarlos como son, yo entono el mea culpa;   Cuantas veces, de una manera automática, enjuicio dejándome llevar, a veces, por la defensa de lo que subjetivamente consideró más lo necesita, sin reparar en que ambas partes, tienen o tenemos, seguro, motivos, y razones, conscientes o inconscientes, o que me he empecinado en algo que en modo alguno justifica la tensión o el enfado.

Una escucha activa enseña mucho, nos lleva a reflexionar, a ceder espacio, a empatizar, a comprender...

Somos seres distintos, plenos, cada uno con su realidad y su irrealidad, y en su momento del camino, no queramos llevar a nadie a nuestro terreno, ni lo exijamos, tal vez no sea el suyo... Aprender, aprendemos más en las diferencias que nos hacen reflexionar y tal vez cambiar...

No nos vaya a pasar como al mono que por creer que ayudaba al pez, o por realizarse a sí mismo, acabó con el... 

 Yo voy a intentar no sólo oír, sino escuchar, ¿os unís?

PD: a quienes que no se hayan sentido escuchados por mi parte pedirles disculpas y decirles que les quiero.


(Cuento ZEN, imagen Google)

jueves, 1 de octubre de 2015

Los "payasos" también lloran...

Hay personas que pasan tan de puntillas con lo que respecta a sí mismas que apenas se las nota, mientras que repiquetean cuando se trata de animar al otro.

Todos conocemos personas a nuestro alrededor que con sólo una mirada, o un gesto, ya nos hacen sonreír, personas que siempre están abiertas a escuchar y a hacer de este mundo un lugar más amable gracias a su sonrisa.
Personas que bromean, intentando así quitar hierro y dureza a lo que nos acontece, personas capaces de dar la vuelta a las situaciones más difíciles poniendo una nota de humor que dulcifica.

<Ay, ay, ay, decía el padre, cuando el dolor le achuchaba,
ay , ay, ay, que se me ha muerto el canario, cantaba la hija, 
pellizcándole el moflete, con el amor vestido de música y sonrisa,
él la replicaba, hija ¿es momento? ...
y ella contestaba: mejor momento que este ninguno, estamos juntos, y nos queremos, pongámosle humor a la vida y todo "palante",
y él, él sonreía...
y a ella, a ella, también le dolía...>

¿Alguien se ha parado a pensar que sienten los "payasos"?
nos hemos acostumbrado a verlos siempre sonriendo, casi podríamos decir que tienen una actitud burlesca con la vida, es lo que esperamos de ellos, pero no nos detenemos a pensar en como se sienten, rara vez preguntamos, bufff no vaya a ser que nos sorprenda su respuesta... un "¿que tal?" rápido y a otra cosa, más bien a nuestras penas o a nuestro rollo...
nosotros les asignamos un rol y después, paradójicamente, muchas veces, muy dignos, cuerdos y conscientes nosotros, los tachamos de inconscientes, de locos, como si la vida les importará poco o no se dierán cuenta de la realidad que viven, pero es que además, si somos sinceros, casi nos molesta si alguna vez vemos un leve signo de flaqueza en ellos, es como si al intercambiarse los papeles nos diera miedo asumir el suyo...
 
Pues... A esas personas que hacen sonreír a los demás, a esos bromistas del destino, a esos payasetes inconscientes, también les duele la vida...

¿Que tal si alguna vez nos ponemos en su lugar y "payaseamos" un rato?, ellos nos lo agradecerán , siempre es bonito que alguien te haga sonreir y ellos, como todos, también lo necesitan.

Ahhh si eres uno de ellos gracias!!!



viernes, 28 de agosto de 2015

¿Os cuento un secreto?

Las expectativas, los miedo, el mañana, nos impiden disfrutar del hoy, del ahora, en plenitud. 

Es curioso como la gente, cuando se encuentra con alguien que se muestra feliz, raramente se lo cree, enseguida empieza a elucubrar, "estará fingiendo, disimula, es imposible...", aunque tristemente muchos de ellos si disimulan, para mostrar una vida que no tienen, y en contadas ocasiones admiten  que no todo marcha como debiera, hay otros que si, que se sienten bien consigomismos y con su entorno, que han conseguido que la retahíla de pequeños momentos felices se convierta en una constante.

Ser feliz no se basa en la ausencia de problemas, sino en saber admitirlos como parte del camino de la vida...

¿Os habéis dado cuenta, cuantas veces nos producen envidia las personas que parecen felices? Es como si nuestra, supuesta, incapacidad por serlo hiciera  saltar un resorte, resorte que en vez de alegrarnos nos amarga...
En seguida machacamos a nuestra mente con que no hay nadie sin quebraderos de cabeza ni disgustos... y sin duda, estamos en lo cierto...

A las personas felices, también les preocupa la hipoteca, la letra del coche, los colegios, el excesivo gasto de vacaciones,  la mirada triste de su retoño adolescente, las malas contestaciones y desaires, como afrontar los gastos del invierno,  el paro de sus hijos o las enfermedades familiares.
Les cuesta, como a los demás, levantarse por la mañana, aguantar a jefes, o a compañeros, mantener conversaciones inútiles al teléfono, atender a razones sin sentido, tirar del carro de familias o trabajos...
no están sordos, oyen los ruidos, ni ciegos, ven lo que sucede a su alrededor, no están locos, o si, si locura es mantener la ilusión y las ganas de seguir por encima de todo... tienen corazoncito y también les duele... 
no dejan de tener problemas, ni pretenden simularlo...

La diferencia con nosotros, es que las  personas que se sienten felices han decidido vivir en el ahora, mirar el lado positivo de lo que va llegando a sus vidas, y hacer un esfuerzo para encontrarlo.
Han llegado a la conclusión de que la alegría  te muestra una cara mas amable de la vida, que todo pasa y, que de una manera u otra se soluciona.
Que no quieren preocuparse por futuribles, que se resisten a que la negatividad les impida ver ese otro lado que todo tiene.
Las personas que intuimos felices decidieron no amargarse por el devenir, determinaron que a la vida hay que sacarle el jugo diariamente y que lo que se vive siempre es lo que sucede en el hoy, que el pasado ya se fue y el futuro es una incógnita que se nos desvelará cuando se convierta en presente.
Que de entre todo lo que nos acontece siempre hay cosas que merecen ser recordadas, observadas, y disfrutadas.
Las personas que se sienten felices, AMAN, perdonan, escuchan, acompañan, aceptan, disfrutan, se enamoran y sufren desamor e incluso lloran sin perder esa sonrisa, en ocasiones, apenas perceptible, que les ayuda a seguir y reconstruirse si es necesario... 
Entienden que lo que la vida les regala en cada instante es bueno para ellos, aunque, tal vez en ese momento, no lo comprendan, aceptan el dolor como parte del camino y construyen...

Las personas que se sienten felices alcanzan permanentemente el éxito, ya que agradecen y disfrutan aquello que tienen...

La felicidad es un don que todos tenemos, pero un don que hay que trabajar, diariamente.
Pues si, os voy a desvelar mi secreto,  desde que estoy centrada en el ahora me siento mucho más feliz... ¿Lo probáis?




lunes, 20 de julio de 2015

¡Ojalá llegue el sustanciero!


 Aquel que tiene sentido común aporta la sustancia más nutritiva allá donde colabora...

Estos días han llegado a mis manos varios artículos sobre un curioso oficio del pasado, el oficio de "sustanciero", ¿que que hacia ese pintoresco personaje?

" el sustancuiero era un personaje que, provisto de un hueso de jamón,  iba por las casas introduciéndolo en las ollas para darles sustancia o sabor."

Después de leerlo, no he podido dejar de pensar en la falta que nos harían ahora sustancieros que fueran por partidos políticos, organizaciones, e incluso familias, a poner un toque de sustancia, sólo que ahora, sustituiríamos el hueso de jamón por algo, que visto lo visto no todos conocen, llamado "sentido común"... 
Claro que... no podríamos hacer como antaño, pagarles por tiempo y mucho menos de ante mano, demasiado riesgo según a quién encargáramos el desembolso...

Andamos todos desbocados, otorgando primacía a cosas que no la tienen, creyendo en sueños que "sustancieros de pacotilla" nos venden  y que cuando metes en la olla no tienen fundamento....

Estamos perdiendo los valores, el sentido de la justicia, de la equidad, la ética, nos dividimos en buenos y malos como si eso nos diera una valía superior, actuamos por impulsos satisfaciendo deseos. Buscamos todo aquello que nos resulte más cómodo, sin detenernos a pensar a quién beneficia o que perjuicios puede reportar al otro...

Hemos sustituido el sentido común por un común sentido, el egoísmo...

Es curioso cómo somos capaces de cambiar el significado de los términos a conveniencia, el "bien común" lo hemos individualizado, en algunos casos, sustituido por el bien del partido o grupo de pertenencia, y en muchos, por el bien propio.  
Con la excusa de que algo es beneficioso para la comunidad se crean puestos, concursos, eventos, normas, etc. que cubren las necesidades y deseos propios, "del corrillo", pero... ¿alguien pregunta al resto?, ¿alguien se pone de verdad en el pellejo del otro?, ¿alguien piensa en lo que va a reportar a la comunidad en su totalidad?, me temo que en la mayoría de las ocasiones la respuesta es NO...
y cuando la piedra económica, tras tantos desmanes, aprieta el zapato, entonces sí, aquí estamos todo el resto para responder, incluso con lo que no tenemos...

Ya no "nos gusta esto" sino "me gusta", ya no "queremos"sino "quiero", eso sí, a la hora de hablar en voz alta,  pensamos y repetimos lo que uno desea, aquel que aprovechándose de la desesperanza, colorea el futuro y nos conduce por un camino de quimeras, y nosotros ávidos de ilusiones no nos damos cuenta de que son pinturas delebles, de esas que la lluvia emborrona hasta desaparecer....

Necesitamos sustancieros que nos aporten realidades, cualquier color es bienvenido si son de verdad, no tengan miedo no nos asustamos, lo que no queremos es que nos engañen, que vengan cargados de sentido común,  que valoren el trabajo de los demás aunque no sea de su propio grupo, que den ejemplo con su propio hacer, que no tengan de que avergonzarse, ni esconderse, que construyan pensando en todos, que no denosten continuamente el trabajo de los que discrepan, que aunen esfuerzos, que estén abiertos a un flujo constante de comunicación, que tengan una escucha activa, que no se mantengan encerrados en su urna, que sean un todo formando un gran equipo.

Nos hace falta un sustanciero que visite nuestros hogares que vuelva a poner coherencia, que coloque a los padres en su lugar de padres y enseñe a los hijos que también tienen responsabilidades, que vacíe la olla del miedo a traumatizar, de permisividad sin sentido, de chantajes emocionales, de culpabilidades inciertas y la llene de comprensión, escucha, respeto y amor.

Ojalá llegue un sustanciero que con ese sentido común llene nuestras ollas, de caldo sano, cargado de ilusión para seguir avanzando en convivencia pacífica y construcción positiva.




Más información sobre el oficio de sustanciero