El miedo nos asalta, a todos, cuando vamos a emprender algo, inseguridad ante nuestra capacidad y temor a decepcionar... es nuestra decisión de seguir adelante la que nos da la fuerza para superar.
Estos días pasados, he estado compartiendo sonrisas y vivencias con mis sobrinas y han sido las conversaciones con ellas, su pasión y su incertidumbre, las que me han hecho recordar los comienzos...
Es normal que los jóvenes tengan miedo a lo que les depara el futuro, como no lo van a tener, si yo, que he vivido el doble que ellos, lo siento también cada vez que me aventuro en algo.
Es una inseguridad propia de la desconfianza hacia uno mismo, pero que es necesario superar para avanzar y desarrollarnos.
Es una inseguridad propia de la desconfianza hacia uno mismo, pero que es necesario superar para avanzar y desarrollarnos.
Si de algo sirve mi experiencia, puedo decir, que el miedo es una bendición, te brínda la oportunidad de vencerlo y de sentirte orgulloso por hacerlo, te reafirma en tu capacidad para realizar, te recuerda que si te esfuerzas lo consigues.
Te hace llorar?... pues también, a veces, y temblar, y dudar, pero si somos conscientes de que no pasa nada por tener miedo, de que nadie es un ser más débil, menos preparado, o más pequeño por padecerlo, de que sólo aquel que es consciente tiene la capacidad de sufrirlo, de que es el camino para seguir avanzando, para no quedarte estancado, pues lo veremos como una etapa de formación, o una sensación más de nuestro devenir cotidiano.
Hay dos alternativas, correr en pos de los sueños, saliendo de la zona de confort, aventurándonos a emprender caminos desconocidos, o como dice un amigo, permanecer viviendo, para mi es sobreviviendo, de los recuerdos embellecidos, posiblemente, por una memoria selectiva que rescata aquello que endulza y disfraza lo pasado, en cualquier caso irrecuperables, eso, si ya llevas camino recorrido, o de los sueños atrapados en la mente y condenados a ser irrealizables, por esa inseguridad y ese miedo a lo desconocido, que atenazan si estás en la juventud.
Hay dos alternativas, correr en pos de los sueños, saliendo de la zona de confort, aventurándonos a emprender caminos desconocidos, o como dice un amigo, permanecer viviendo, para mi es sobreviviendo, de los recuerdos embellecidos, posiblemente, por una memoria selectiva que rescata aquello que endulza y disfraza lo pasado, en cualquier caso irrecuperables, eso, si ya llevas camino recorrido, o de los sueños atrapados en la mente y condenados a ser irrealizables, por esa inseguridad y ese miedo a lo desconocido, que atenazan si estás en la juventud.
Cuantas veces en nuestras familias parece que el estar asustado está vetado, cuantas veces no se permite flaquear, se exigen resultados sin reparar en lo que cuesta conseguirlos, cuantas veces se corta a todos por el mismo rasero sin percatarse de que unos son mas hábiles, otros tienen mas memoria, o menos capacidad de concentración, o más miedos, o más pájaros en la cabeza...
En cuantas ocasiones, se compara, se presiona, en función de lo que harían ellos o lo que les hubiera gustado que se hiciéra, todo para sentirse orgullosos con lo alcanzado, para, una vez más, cumplir expectativas, cuando orgullosos ya se debería de estar por el mero hecho de intentarlo.
Cuantos exigen pero no apoyan...
Cuantos dirigen pero no acompañan...
Nuestra responsabilidad como padres, o así lo considero yo, es estimular a nuestros hijos para llegar a alcanzar esa formación que les va a abrir las puertas del futuro, es orientarles, animarles, es hacer de ellos personas seguras, porque ya solo el esfuerzo realizado les capacita para desempeñar con éxito cualquier trabajo que se propongan.
Nuestra misión es enseñarles a creer en ellos, creyendo nosotros en primer lugar.
Nuestra misión es escucharles cuando nos hablan de sus miedos, de sus dudas, precisamente porque ya hemos pasado por ello, porque no somos mejores que ellos, somos mas maduros, mas resabiados.
Nuestra misión es ser humildes y reconocer que muchas veces seguimos sintiendo ese miedo, un temor que vencemos con decisión, pero que es humano sentir y que no tiene que ver con fortaleza o sabiduría.
Hoy he estado pensando que todo lo que va transcurriendo en nuestra vida es tremendamente interesante, todo desde los inicios, un gran tesoro que vamos engrosando año tras año, y he llegado a la conclusión de que que si tomáramos esa palabra, "interesante", como característica de la persona, como bagaje de viviencias, retos superados, metas alcanzadas, sueños perdidos, lágrimas derramadas, decepciones, alegrías, momentos felices, desde mi punto de vista siempre, podríamos decir que nacemos con la i minúscula y vamos incrementando letras, y terminamos la vida con la palabra completa en mayúsculas!!!
Para llegar a ser "INTERESANTE" la edad suma no resta.
La vida, nuestras inseguridades y nuestros logros, van dotando a la persona de interés, de riqueza propia e individual.
Liberarnos de esos miedos que nos atenazan y nos impiden volar, es dar un soplo de aliento a nuestra felicidad!
La vida, nuestras inseguridades y nuestros logros, van dotando a la persona de interés, de riqueza propia e individual.
Liberarnos de esos miedos que nos atenazan y nos impiden volar, es dar un soplo de aliento a nuestra felicidad!
Alguien dijo que el Miedo era una palabra. Solo de cinco letras.......
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