domingo, 23 de noviembre de 2014

Sin mi status no soy nadie....

Vivimos en un mundo de locos!!!

Como denominar sino la postura que adoptamos ante la vida.
Somos capaces de sacrificar hasta nuestra propia felicidad por mantener una posición social, un status...

Estamos inmersos en un estado de nerviosismo y agitación permanentes, continuamente oímos hablar a nuestros compañeros, amigos, familiares, e incluso  a nuestro "pepito grillo", del stress al que estamos sometidos, nos estresa la economía, porque ya no podemos adquirir tal o cual cosa, porque nuestras vacaciones se han reducido y tenemos que simular ante los demás que todo va bien, como si el que uno tuviera un revés fuera algo denigrante, como si se hubiera cometido un delito...

Que curioso, los condenados por delitos de estafa, apropiación indebida, malversación de fondos, enriquecimiento por información privilegiada, fraude, blanqueo de capitales, van todos muy dignos, con la cabeza muy alta y nosotros, que somos víctimas de toda esa trama, nos escondemos avergonzados, cuando nuestro único delito es haber sido fieles a un trabajo, una empresa, una idea... que no ha resultado como esperábamos, y nos ocultamos, porque, todo eso, pensamos que modifica nuestra posición en la sociedad; nos sentimos mal, muy mal, pero somos incapaces de cambiar...

 La cuestión es si nuestra incapacidad de cambio es debida a lo que nos rodea o a nuestros miedos... miedo a perder el hueco en la sociedad, miedo a tener menos reconocimiento, miedo a la exclusión, miedo a dejar de "estar", miedo a dejar de "tener", miedo a no ser querid@, miedo a la soledad...
Pero no nos damos cuenta de que en esa renuncia por miedo,  va implícita, también, una renuncia a "ser".

Hemos depositado nuestra confianza en otras personas, en aquellos que tomamos en consideración , por valores, muchas veces, vanales y hemos dejado de confiar en la vida y en nosotr@s mism@s, admiramos a los demás y no nos admiramos a nosotr@s que somos nuestra mejor y mayor construcción, que incongruencia...intentamos ser reconocidos por la sociedad y sin embargo dejamos de ser honestos con nuestro propio yo.

Necesitamos crearnos un argumentario de peso para responder cuando la sociedad nos pregunta:

Y tu, ¿quién eres?, ¿que tienes?, ¿a quién conoces?...

y nosotr@s nos quedamos con cara de poker, de nuevo estresados, bajando la vista mientras pensamos que respuesta es la que espera oír nuestro interlocutor, que contestación es la adecuada para mantener nuestro status, cuando en realidad la respuesta es bien sencilla:

Pues... soy, me tengo y conozco a mi mism@!!!, ¿alguién da más?...


6 comentarios:

  1. Me encanto tu post Yolanda, elocuente vibra en positivo. Todas tus palabras están hilvanadas, la sabiduría y experiencia tejen en esa urdimbre, me hace reflexionar abiertamente sobre todo el título: Sin mi status no soy nadie.. me quedó con esto sencillamente a la renuncia del ser esas preguntas que hay que hacerse a menudo para evitar ese pepito grillo de stress. Saludos gracias me alegró compartir contigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Jose Manuel, es una pena que nos consideremos por la parafernalia que nos rodea y no por lo que en esencia somos...todo y nada...

      Eliminar
  2. Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propia razón!.....grande Yolanda

    ResponderEliminar
  3. Cuanta verdad hay en tus palabras. Genial como siempre.

    ResponderEliminar

Cualquier comentario me ayudará a crecer. Gracias!