El llegar a acuerdos depende de la voluntad, la coherencia y el respeto de los interlocutores
Me declaro ciudadana del mundo, sin fanatismos, respetando la dignidad de los seres humanos sean de donde sean, demócrata convencida, no me gustan las decisiones unilaterales, no consigo entender cuando se pasa por encima de las leyes, ni nada que se efectúe por la fuerza.
Hay situaciones que creo, aunque nunca se puede decir de este agua no beberé, no voy a vivir, por esto y por mi manera de entender la vida y las relaciones, me siento afortunada...
Soy afortunada, creo en la igualdad y el derecho de las personas y como consecuencia condeno la violencia física y también la violencia verbal, esa que hiere en el alma y cuya huella es muy difícil que desaparezca.
Soy afortunada no odio, pero no me gustan aquellos, que con sus palabras, siembran odio y crean diferencias, fragmentando familias, amigos, sociedades, pueblos..,
Soy afortunada entiendo como imprescindible el respeto hacia las opiniones de los demás,
pero también exijo que se respeten de la misma manera las mías.
Soy afortunada no prejuzgo, o por lo menos tengo la voluntad de no hacerlo, discriminando por ideas, lugar de nacimiento, idioma o religión, así mismo no me gusta que me limiten, ni me encasillen.
Soy afortunada intento favorecer la convivencia, quitando barreras no creándolas,
no estoy a favor de los grupos que se consideran únicos y exclusivos.
Soy afortunada enseño a mis hijos a convivir con diferentes culturas, a nutrirse de distintos idiomas y tradiciones,
por ello estoy en contra de no favorecer la integración y de la formación excluyente.
Soy afortunada ya que sigo siendo tolerante, aunque en ocasiones tenga que dejar de cuestionarme sucesos,
pero me revuelvo ante las vejaciones, los insultos y las humillaciones.
Soy afortunada porque antepongo lealtad, principios, y valores generales, al bienestar partidista, por ello detesto la deslealtad, y el menosprecio al valor ajeno.
Soy afortunada al preocuparme en buscar la información y no dejarme llevar por opiniones sesgadas e interesadas de tal modo me molesta que se convierta lo subjetivo en objetivo.
Soy afortunada, me duele lo que les duele a mis amigos aunque no esté de acuerdo o lo entienda, y me daña sentirlos lejos por creerse incomprendidos.
Soy afortunada identifico lo injusto, lo desproporcionado, la manipulación, y rechazo a quienes se aprovechan de las ilusiones de los otros.
Soy afortunada por creer que los sueños de hoy pueden ser realidades de mañana , pero me estremezco ante quienes alimentan quimeras.
Soy afortunada por reflexionar y expresar en libertad pero me siento apenada por los que consideran que pensar diferente es una agresión y lo condenan rechazando a quien lo hace.
Soy afortunada creo en el diálogo, en la negociación pacífica, en las personas con voluntad, rechazo el conmigo o contra mi y a los que desean pasar a las historia ya sea por héroes o mártires.
Soy afortunada creo en la cordura y la coherencia pero me siento, hoy, impotente, rechazada y muy decepcionada ...
hoy me restan el privilegio de considerarme, a la vez que española y navarra, como parte de un todo al que pertenezco, catalana.
Por eso hoy, a pesar de ser afortunada, me siento muy vacía y muy triste...
Soy afortunada por conocerte como te conozco y tenerte como AMIGA. Que bien escribes lo que muchos pensamos.
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