lunes, 19 de diciembre de 2016

Vibrando en sintonía

Cada vez soy más consciente de que las almas no tienen edad...

Hace unos días estando con mi sobrino de seis años me quedé perpleja...

Como puede ser que una personita de la que me separan 50 años pueda vibrar en la misma sintonía que yo....

Como es posible que alguien tan pequeño tenga gustos tan de "mayor"... y es que él tenía muchas opciones de villancicos  para elegir, se había visto muchos vídeos de YouTube, cosa que me deja impresionada, claro que es de la generación 100% digital... -ya cuando no levantaba un palmo y no sabía ni leer, pasaba con el dedito las pantallas de la tablet a la velocidad del rayo.-
Bueno pues de todo lo que llegó a sus diminutos oídos le atrajo, como si de un imán se tratara, la sintonía más tribal, la que nos devuelve a los orígenes...

Él me la mostró fascinado y yo me quedé fascinada con ambos, escuchar como la cantaba, con ese sentimiento, notando que los bongos y los tambores se adentraban en él, que no se fijó en razas, sexos, edades o colores, se centró nada más que en lo que esas notas, imágenes y sonidos le transmitían, que de las miles de versiones eligiera una con esa fuerza... sinceramente me conmovió.

Y es que el vibrar en la misma sintonía no tiene edad, uno siente con el corazón pero percibe con el alma y esa, esa esta hecha de trocitos de cielo de otras muchas almas , es atemporal, cálida,y pura.



El "para pa pa...paaa" resuena en mis oídos desde entonces, llenándome de ese espíritu de la navidad sin parafernalias, ese espíritu de ayuda mutua, ese que nos lleva a apoyar al otro y hacer que disfrute de las fiestas lo mejor posible, que nos induce a aportar lo poco o mucho que podamos sin medirlo, ni pregonarlo, unidos en  comunión con los que no lo están pasando bien o con aquellos que de alguna manera nos necesitan, no hace falta irse lejos, puede ser nuestro vecino, nuestro compañero de trabajo, nuestro hermano...o incluso nosotros mismos, que en ocasiones también necesitamos de nuestra propia atención y sonrisa...


En nuestra mano está que los que nos rodean perciban nuestro calor,  reciban nuestra sonrisa y puedan sentir esperanza y fuerza para seguir adelante, recordando que en cualquier lugar está la estrella que conduce a la luz.

Os deseo te todo corazón  que siempre haya una estrella en vuestras vidas y que viváis estos días siendo conscientes de lo afortunados que somos por poco que tengamos.
Ese es, para mi, el auténtico espíritu de la Navidad, ese renacer dejando atrás lo que nos daña, con ilusión, y ese AMOR con mayúsculas que se perpetúan en el tiempo y no acaban con la llegada de los Reyes Magos.


 Se me van los pies y me embarga la emoción, ¿no os pasa a vosotros lo mismo?




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