Aquel que tiene sentido común aporta la sustancia más nutritiva allá
donde colabora...
Estos días han llegado a mis manos varios
artículos sobre un curioso oficio del pasado, el oficio de "sustanciero", ¿que que hacia ese pintoresco personaje?
" el sustancuiero era un personaje que, provisto de un hueso de
jamón, iba por las casas introduciéndolo en las ollas para darles
sustancia o sabor."
Después de leerlo, no he podido dejar de pensar en la falta que nos harían ahora sustancieros que
fueran por partidos políticos, organizaciones,
e incluso familias, a poner un toque de sustancia, sólo que ahora, sustituiríamos el hueso de jamón por algo, que visto lo visto no todos conocen, llamado "sentido
común"...
Claro que... no podríamos hacer como antaño, pagarles por tiempo y mucho menos de ante mano, demasiado riesgo según a quién encargáramos el desembolso...
Andamos todos desbocados, otorgando primacía a cosas
que no la tienen, creyendo en sueños que "sustancieros de pacotilla" nos
venden y que cuando metes en la olla no tienen fundamento....
Estamos perdiendo los valores, el sentido de la
justicia, de la equidad, la ética, nos dividimos en buenos y malos como si eso nos diera una valía superior, actuamos por impulsos satisfaciendo deseos.
Buscamos todo aquello que nos resulte más cómodo,
sin detenernos a pensar a quién beneficia o que perjuicios puede reportar al
otro...
Hemos sustituido el sentido común por un común sentido, el egoísmo...
Es curioso cómo somos capaces de cambiar el significado de los
términos a conveniencia, el "bien común" lo hemos individualizado, en algunos casos, sustituido
por el bien del partido o grupo de pertenencia, y en muchos, por el bien
propio.
Con la excusa de que algo es beneficioso para la comunidad se crean puestos, concursos, eventos, normas, etc. que cubren las necesidades y deseos propios, "del corrillo", pero... ¿alguien pregunta al resto?, ¿alguien se pone de verdad en el pellejo del otro?, ¿alguien piensa en lo que va a reportar a la comunidad en su totalidad?, me temo que en la mayoría de las ocasiones la respuesta es NO...
y cuando la piedra económica, tras tantos desmanes, aprieta el zapato, entonces sí, aquí estamos todo el resto para responder, incluso con lo que no tenemos...
Ya no "nos gusta esto" sino "me
gusta", ya no "queremos"sino "quiero", eso sí, a la hora
de hablar en voz alta, pensamos y repetimos lo que uno desea, aquel que aprovechándose de la desesperanza, colorea el futuro y nos conduce
por un camino de quimeras, y nosotros ávidos de ilusiones no nos damos cuenta
de que son pinturas delebles, de esas que la lluvia emborrona hasta
desaparecer....
Necesitamos sustancieros que nos aporten
realidades, cualquier color es bienvenido si son de verdad, no tengan miedo no nos asustamos, lo que no queremos es que nos engañen, que vengan cargados de sentido
común, que valoren el trabajo de los demás aunque no sea de su propio
grupo, que den ejemplo con su propio hacer, que no tengan de que avergonzarse,
ni esconderse, que construyan pensando en todos, que no denosten continuamente
el trabajo de los que discrepan, que aunen esfuerzos, que estén abiertos a un
flujo constante de comunicación, que tengan una escucha activa, que no se mantengan encerrados en su urna, que sean un todo formando un gran equipo.
Nos hace falta un sustanciero que visite nuestros
hogares que vuelva a poner coherencia, que coloque a los padres en su lugar de
padres y enseñe a los hijos que también tienen responsabilidades, que vacíe la olla del miedo a traumatizar, de
permisividad sin sentido, de chantajes emocionales, de culpabilidades inciertas
y la llene de comprensión, escucha, respeto y amor.
Ojalá llegue un sustanciero que con ese
sentido común llene nuestras ollas, de caldo sano, cargado de ilusión para seguir avanzando en
convivencia pacífica y construcción positiva.
Más información sobre el oficio de sustanciero