jueves, 31 de marzo de 2016

No tomarás mi imagen en vano...

Nadie debería de estar en boca de los demás salvo por méritos propios

 Me pongo a escribir este post una vez transcurridas un par de semanas  de lo acontecido, y lo hago así a conciencia, cuando todo puede parecer  más una anécdota, y ya he recobrado la calma y la indignación ha cedido.

Que diríais si os vais a disfrutar de dos días de relax y nada más llegar, cuando te has hecho el propósito de desconexión de redes y correos, recibes un mensaje de un amigo con una simple pregunta:

"hola, has visto esto?" y el link a una noticia de elplural.com.
Miré, más por curiosidad que otra cosa, y porque ese amigo no me manda  nada que no sea digno de reseñar, al fin y al cabo una tiene ese gusanillo de la información.

Mi sorpresa fue mayúscula, no tuve que buscar en el interior de ninguna noticia, allí en portada, allí estaba yo, mi foto en primera plana


¿Familiares de Urdangarin?... como no fuera porque mi apellido acaba en "in", no le veo explicación, bromas aparte, no tiene, o yo así lo sentí, ninguna gracia.

Leída la noticia, en el cuerpo, se hacía referencia a dos tuits que yo había uno publicado y otro citado, hablando de que la sobrina de Urdangarín arremetía contra Manos Limpias y retuiteaba informaciones contra la abogada...

El primer tuit que yo puse, iba directamente relacionado con la comunicación no verbal, con la cantidad de gestos con las manos de la abogada, solidarizándome con su nerviosismo al interrogar a la infanta:


mi intención no era otra que hacer notar que los gestos comunican, Vanitatis lo utilizó para colocarlo de ejemplo de aquellos tuits que la sobrina de Urdangarin, Carlota Gui, retuiteaba, pero en ningún momento utilizó mi imagen para poner cara a esa sobrina, Twitter es abierto y yo soy responsable de lo que digo, y no me importa que se utilice, pero por supuesto bien utilizado...sin manipulaciones

http://www.vanitatis.elconfidencial.com/casas-reales/2016-03-09/los-dardos-de-carlota-gui-sobrina-de-urdangarin-a-la-abogada-de-manos-limpias_1165385/

El Plural también hacía referencia a otro tuit, que ahora me explico, este tuit me lo enviaron con copia, hoy deduzco que tal vez me confundieran... en cualquier caso yo solamente lo cité, ya que sea Manos Limpias, o sea quien sea,  no me parece correcto:

Este fue el tuit que puso El Plural en su muro:


¿Cómo os quedáis?, pues yo me quedé "muerta", ¿como se podía utilizar mi imagen de esa manera?, ¿quien eran ellos para permitirse poner una noticia sin contrastar la información?
por supuesto empezaron a llegar mensajes de gente que me preguntaba si yo era familia de ese señor, si estaba de acuerdo con lo que había hecho, etc, etc, incluso una persona cercana a Casa Real, mandó un mensaje a una de mis hermanas preguntando que hacía yo ahí....

Y eso también me preguntaba yo, que hacía ahí...

Después de unos momentos de desconcierto, el dedicarme al protocolo me sirvió de mucho, estamos tan habituados a momentos de crisis..., pensé que no me podía dejar llevar por los nervios, así no resolvía nada, me puse en contacto con el periódico a través de Twitter, fue la manera más rápida que se me ocurrió:

Me contestaron pronto, y yo, ingenua de mi, pensé que en efecto estaba subsanado el "error"...
pero no era cierto, mi foto seguía ahí, nadie había modificado nada, salvo borrar el tuit, soy educada, y eso les salva, e insistí


con esa chulería me contestaron, lástima que la información hoy es inmediata pero también fácilmente destruible, no os puedo poner el link a la noticia original pero supongo que ya os haréis una idea viendo sus titulares, pero el hecho cierto es que después de todo mi cara seguía apareciendo y así se lo hice notar:


Su contestación llegó tres cuartos de hora más tarde y cargada de falsedad, como podéis ver en las horas de los tuits, no se rectificó hasta que insistí y mis compañeros protocolistas se lo hicieron notar, mandando tuits pidiendo la supresión de mi imagen.
y aquí terminó, ni un tuit de rectificación, ni mensaje de disculpa veraz, ni nada que se le parezca...

Dos horas no son mucho tiempo, aparentemente, pero para la era digital en la que nos movemos hoy, es un mundo, la información se cuela en muchos sitios y yo no tengo por qué estar en boca de nadie.

Yo soy periodista, pero debe de ser que en mis años de facultad no se enseñaba lo mismo, o que el director y/o redactores de ese medio no fueron a clase esos días, ya que a mi me repitieron hasta la saciedad que no se puede, ni debe, manipular la información, que no todo vale para vender más y mejor, que hay que mantener una ética profesional, que los lectores son sagrados y no se les puede engañar.

Por otra parte, ¿quienes son ellos para utilizar mi imagen así, sin razón alguna?, ¿han pensado que repercusiones tiene para mi persona?, además independientemente de que yo esté o no  de acuerdo con las prácticas atribuidas, supuestamente, al Sr. Urdangarin, que no lo estoy en absoluto, atribuyéndome esa información han mentido, men-ti-do, y eso es intolerable.

Me han faltado al respeto, a mi , a sus lectores, a la profesión y al medio...y eso desgraciadamente es práctica habitual en muchos  ámbitos...

No tiene ningún derecho por eso lo pregono a los cuatro vientos y ya veremos a ver...

Ese periódico para mi ha perdido toda credibilidad, no informa, desinforma muy triste calificativo para un medio público de  comunicación...

No, señores, no, con mi nombre, ni mi imagen no se juega...


jueves, 17 de marzo de 2016

El placer de protestar...

Si analizáramos con objetividad aquello por lo que protestamos, nos daríamos cuenta de que en muchas ocasiones carece de sentido...

Esta mañana he leído algo que me ha hecho reflexionar muy seriamente.
Trataba sobre como es la percepción de los errores ajenos y los propios, que diferente vara de medir usamos, en los de los demás tendemos a responsabilizarlos de lo sucedido y a echar pestes al viento, y sin embargo cuando se trata de los nuestros nos exculpamos.

Y es que cuando protestamos nos sentimos más a gusto, nos liberamos de rabia interna, soltamos presiones, aún a sabiendas de que no va a servir para nada...

Es un justo derecho al pataleo...

Cuando estamos en nuestro trabajo y alguien nos llama la atención por retrasarnos en seguida buscamos y encontramos una justificación a nuestra actitud, pero si es a otro a quien le sucede o con quién nos sucede, no se nos ocurre buscar explicación, directamente  le achacamos una falta de responsabilidad, que por supuesto, jamás aplicaríamos a nosotros mismos.
Es más cómodo protestar por no ser bien atendidos, que detenernos a buscar que motivos han podido llevar al otro para actuar así, siempre los hay, aunque vengan de muy atrás...

Hablo de cosas cotidiana, de esas que nos enojan todos los días, y por las que, para nuestra dicha, encontramos un motivo para la protesta activa.
Otra cosa diferente son esas situaciones que no tienen una fácil "justificación", en las que el daño es tan grande que resulta prácticamente imposible no oponerse, y ante las que yo recomendaría, y me recomiendo, aplicar la compasión, sin querer ser prepotentes, pero sintiendo pena por ellos, conscientes de que es una gran tristeza que haya gente con tan poca consciencia, y, en muchas ocasiones, ni conciencia.
Pero ese un tema para otro post y otro momento...

Dice el texto de "La Gran Vía":
«Si un conductor se salta  las normas de circulación, es negligente; si lo hacemos nosotros, es porque había una urgencia, o un motivo para hacerlo, que si un individuo profiere insultos, es irrespetuoso; si lo hacemos nosotros, es porque estamos enfadados, o porque el otro lo merece.
Si alguien no cumple su palabra, es desleal; si lo hacemos nosotros, es por causas mayores…
Excusamos nuestras faltas, que entendemos obedecen a circunstancias ajenas a nuestro control, pero exigimos que otros acepten responsabilidad plena por las suyas, e incluso les imputamos “premeditación y alevosía"»
No puedo estar más de acuerdo.

Cuantas veces tenemos, por ejemplo, que acudir a una cita que nos incomoda, de la que hemos deseado evadirnos,  y si por cualquier motivo se anula, al instante se nos va de la cabeza nuestro deseo y en lugar de alegrarnos por no tener que acudir y reflejarlo así, arremetemos contra quien nos ha " hecho una faena", y lo tildamos de todo , cuando en realidad lo que nos ha hecho ha sido un favor.

Pero el caso es protestar, nos libera, no nos detenemos a analizar, protestamos...

A veces pienso, que tenemos un cierto toque de masoquismo en nuestra actitud, declarar nuestra alegría  y "gritarla" a los cuatro vientos, nos da pudor, decimos que estamos desvelando intimidad...
ay pero cuando se trata de algo que nos incomoda, la cosa da un giro total, entonces sí necesitamos que los demás corroboren nuestro malestar, que nos compadezcan, que nos apoyen, entonces si que vociferamos nuestro enfado, no nos damos cuenta de que eso retroalimenta la rabia y que si bien, momentaneamente, podría parecer que nos ayuda a sacar el malestar interno, en muchas ocasiones consigue que lo mantengamos anclado en nuestra mente por una larga temporada.
Gastamos energías en la protesta en lugar de emplearlas en buscar las soluciones que suavicen, o aún mejor disuelvan nuestro enfado.

Cuanto más sanador es darle la vuelta a aquello que nos ha fastidiado y encontrar lo que de positivo nos ha aportado o que nos reportará en un futuro, todo lo tiene...

Protestar para reivindicar, pero protestar en su justa medida, y siempre que no nos incapacite...


Somos prisioneros de la intolerancia, de la impaciencia, de la falta de empatía...y de eso, de eso si que tenemos que liberarnos...